jueves, 28 de febrero de 2013

Oasis


Esta vez va a ser distinto. Digamos que no es habitual en mí escribir casi en contra de mis principios, pues la filosofía barata no es demasiado mi estilo, pero si a alguien le sirve para tomar un poco de oxigeno, habrá merecido la pena.

No se cuantas veces me ha desvelado por las noches en los últimos meses esa vocecilla que te susurra que no hay esperanza para mí. Por desgracia a muchos de mi generación os habrá pasado lo mismo, pues con los tiempos que corren, es lo que toca. Y especialmente para todos ellos, va dedicado este post, que más que una observación es una idea para intentar hacer un poco más llevadero una situación tan desagradable como la que tenemos.

¿Os confieso algo? Una vez me emocioné con la película más tonta del mundo: "Love actually". Para quien no la haya visto empezar, una voz en off dice que cuando él se siente triste, va al área de llegadas del aeropuerto solo para ver como la gente se reencuentra con sus seres queridos, pues ahí solo existen buenos momentos y tus problemas, al menos por un instante, quedan fuera. Y sinceramente, me encantó la idea. Creo que cada uno tiene que encontrar sus pequeños oasis donde solo existe el aquí y ahora (ya sean gimnasios, clases de baile, momentos para estar con tus hijos, un libro antes de dormir….), y donde tu mente descansa de elaborar complejas teorías de lo que quieres, porque tranquilo que en cuanto salgas, tu pasado y tu futuro te estarán esperando en la puerta para que los retomes.

No soy seguidor de los libros de autoayuda, pero me permito escribir este post como quien se permite a sí mismo recordarse que no toda la tierra que pisamos es desierto…Hace cosa de un año, al terminar una conversación un poco dramática acerca del trabajo con mis amigos, decidimos que cada vez que volviéramos a hablar del tema, teníamos que terminar la charla con un comentario positivo para uno mismo y para los demás. Por supuesto jamás llegamos a cumplirlo, pero a todos nos encantó la iniciativa y siempre la sacamos a relucir una y otra vez cuando nos acordamos.

Y yo, con estas ideas en la cabeza, empecé a ver las cosas un poco menos oscuras.


De manera que: Nota mental 4: Consigue y cuida tu oasis!

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